cabello maltratadoSolemos escuchar con frecuencia en diferentes áreas comunes como en el supermercado, transporte público, gimnasio o en el entorno que nos rodea, que las mujeres nos quejamos del aspecto de nuestro cabello y en ocasiones, nos encontramos en una búsqueda eterna por encontrar el tratamiento adecuado para su cuidado.

Sin importar lo diferentes que sean nuestros organismos y por ende tipos de cabello, solemos pensar y dudar del por qué algunos tratamientos para el cuidado del cabello funcionan en algunas personas de forma efectiva y en otras no tanto. Por ello, es importante saber que no todos esos productos son estandarizados y que estar al tanto de la salud general de tu cabello, implica identificar cuáles son los daños específicos que presenta tu fibra capilar antes de elegir la forma adecuada para el cuidado de tu cabello.

Antes de comenzar a comprar nuevos tratamientos, tintes o hacer mascarillas caseras, elabora un diagnóstico del estado actual de tu cabello y evalúa cómo lo puede estar afectando tu rutina común de quehaceres diarios y por supuesto, tu rutina de cuidado del cabello. Al conocer específicamente los signos de daño, podrás hacer cambios fáciles en tu rutina de cuidado para obtener una fibra capilar sellada y resistente al daño exterior.

Puntas abiertas.
Envuelve pequeñas secciones de tu cabello alrededor de tus dedos o de un lápiz, luego revisa cualquier hebra pequeña e irregular que sobresalga, si tienes  puntas abiertas, significa que tu cabello está maltratado.

Daño causado por el calor.
La manera de saber si estás abusando de la temperatura en tus productos de peinado a base de calor es sencilla: la textura de tu cabello es frágil y es probable que tengas puntas abiertas y porosas.

Rotura extrema y caída constante.
Definitivamente tu cabello se ha debilitado si se te caen grandes cantidades cuando lo peinas, cepillas o modelas.

Cabello demasiado opaco o demasiado brillante.
Controla los geles, aceites y aerosoles: si tus puntas parecen opacas y tu raíz grasa, podría ser el resultado de que el cabello está saturado por la aplicación de tantos productos.

Sobrecarga de tinte.
Si con frecuencia tinturas tu cabello, el peróxido de hidrógeno en los tintes puede dejarlo seco y dañado. Lo mejor es siempre optar por alternativas de coloración natural para el cuidado de tu cabello.

Demasiados enredos.
Si utilizas cepillos de plástico económicos en lugar de aquellos con cerdas de nylon, lo más probable es que las hebras rasguen la fibra capilar y el cuero cabelludo, dejándote el cabello enmarañado.

Falta de hidratación.
El cabello sano es flexible y suave, no quebradizo y seco. Si tienes cabello seco, es posible que no uses un acondicionador con suficiente frecuencia. El acondicionador de puntas y las mascarillas hidratantes sellan la humedad en el tallo de tu cabello.

Los problemas con la absorción del color y la esponjosidad cuando está mojado, también son problemas de porosidad, pero en un nivel más severo. Estos niveles de daño requieren un tratamiento muy intenso y un cuidado constante en el procesamiento y el estilo.

Algunas personas con este nivel de daño en el cabello encuentran más fácil cortar el cabello dañado y comenzar de nuevo. Sin embargo, podrías cuidar mejor tu cabello antes de que se dañe tanto.

¿Se te hacen familiares los anteriores signos de alerta? El mejor tratamiento en este caso es el que te brinde salud y luminosidad con ingredientes naturales que fortalezcan el tallo del cabello. Entra a nuestra sección Cuidado del Cabello Linea Sensitive y conoce los productos que te ayudarán a mantener la salud de tu cabello por más tiempo.

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